domingo, 11 de maio de 2014

Ayrton Senna: expresión triunfal del imposible

¿Quién es el mejor piloto que ha enfrentado?, le preguntaron un día los periodistas a Ayrton Senna.


Terry Fullerton, respondió sin dudar, cuando esperaban que nombrara a alguno de sus grandes émulos en la Fórmula 1, como Alain Prost, Niki Lauda o Nelson Piquet, todos ellos tambien varias veces campeones.


El desconcierto fue total. Ninguno tenía presente el nombre de este laureado kartista irlandés, al que sus rivales, entre ellos el brasileño, consideraron el mejor piloto de todos los tiempos sobre una máquina de cuatro ruedas.

Senna era así, desconcertante, indescifrable y multifacético. Con la respuesta terminó de darle letras de nobleza al kartismo, la disciplina forjadora de los mejores pilotos de Fórmula Uno, su gran amor y a su vez frustración.

Aunque no consiguió ser campeón mundial de karts en cinco intentos, todos le reconocen como un fuera de serie, un superdotado que era capaz de acelerar en curva con la mano izquierda en el timón y con la otra ¡aumentando el paso de combustible a su carburador!

Dominar el clima

En los pequeños bólidos aprendió a "leer" la máquina y maduró su extraordinaria habilidad para conducir bajó la lluvia.

Cada vez que llovía en su natal Sao Paulo, el jóven prodigio iba a entrenar al circuito de Interlagos para acostumbrar sus músculos a la inclemencia del agua y controlar visual y técnicamente las peores condiciones climáticas en una pista.

Alain Prost

En 1993, le tomó una vuelta a Alain Prost, pasándolo por el exterior de la pista. Toda una lección de manejo.
Años después ese aprendizaje le daría frutos inolvidables como su arrolladora primera presentación en 1984 en Mónaco cuando terminó segundo porque la prueba fue detenida o su primera victoria en Estoril en 1985.

Mas contundente aún fue la lección de manejo en 1993 en Donington cuando después de sobrepasarlo por el exterior de la pista -la parte más humeda- le tomó finalmente una vuelta a Alain Prost, el máximo contendor en su década.

Es que la línea de carrera de este funámbulo, mágico equilibrista de las pistas; podía ser la impensable y por ello sus rivales nunca sabían a que atenerse con su fabuloso golpe de timón, que valía por igual para triunfar o para amenazar y en ocasiones sacar a sus enemigos de la pista como en 1990 en Suzuka (Japón) cuando le ganó el título a Alain Prost en la primera curva.

Bendito iluminado

Gracias a su talento innato, intensidad y dedicación, bordeaba la arrogancia. Todo en Ayrton transmitía superioridad; desde su casco y su mirada aguda y penetrante, hasta su cortesía, su sonrisa y su misticismo, que lo llevaba a afirmar que tenía comunicación directa con Dios.

En 1988 Senna dominaba de punta a punta el Gran Premio de Mónaco y lo perdió a 12 vueltas del final, cuando guiado por su orgullo intentaba tomarle una vuelta a su compañero de equipo, Alain Prost.

Rubens Barrichello

Senna trabó amistad con sus contrincantes, como por ejemplo el brasileño Rubens Barrichello.

Después de estrellar el McLaren en una curva, salió del auto, saltó la valla, abandonó el circuito y se recluyó en su apartamento monegasco a reflexionar. Salió dos días después afirmando que había hablado con el creador y que este lo instruía para ser un hombre más perfecto.

Surgió un Senna más generoso y noble que trabó amistad con sus contricantes como Gerhard Berger o los brasileños Mauricio Gugelmin y Rubens Barrichello y que sintió la necesidad de brindar alegría y ayudar a los necesitados.

Los orfanatos de Sao Paulo empezaron a recibir aportes de Senna pero con carácter anónimo como lo pedía el piloto. Años después surgió la historieta infantil Senninha y trás su muerte la Fundación Senna para el desarrollo humano que hoy dirige su hermana Viviane.

Sinfonía inacabada

Ayrton Senna triunfador era la mejor imágen mundial de Brasil, después de años de penurias económicas, frustaciones futbolísticas y nostalgia de esa orquesta del balón que fue la selección tricampeona de México 70 con Pelé a la cabeza.

Accidente de Ayrton Senna

La muerte de Senna en 1994 sacudió al mundo entero.

Su casco es tal vez el más emblemático que ha tenido la Fórmula 1, por la notoria visibilidad construída con el "verde-amarelo" de la bandera nacional; la misma que siempre enarbolaba en los circuitos durante la vuelta del triunfo para recordarle su origen a los más de mil millones de televidentes que siguen anualmente los Grandes Premios.

Y fue ese seguimiento televisivo de su carrera en la Fórmula 1 -desde su debut en 1984 hasta su trágica muerte en Imola hoy hace 10 años- el que registró su magia al volante y convirtió a Senna en el piloto más mediático del automovilismo moderno; el único campeón al que el mundo ha visto morir en la pista y al que se recuerda, lo mismo en una curva que en un estadio deportivo.

Su obra no alcanzó a concluir y la línea perfecta que buscaba en cada circuito, terminó brutalmente en la curva Tamburello de la pista de Imola, cuando estaba en el único lugar que le satisfacía: primero.

El homenaje con la larga pancarta que los futbolistas de la selección brasileña de futbol extendieron frente a las cámaras cuando lograron el cuarto título en Estados Unidos-94, habla por si sólo de su trascendencia: "Ayrton. Aceleramos juntos. O tetra e Nosso". Dos meses antes, Ayrton Senna había acelerado tanto, que alcanzó la inmortalidad.

FOTOS HOMENAGEM EQUIPE FUTEBOL BRASILEIRA 1994 - AYRTON SENNA "ACELERA, O TETRA E NOSSO"





http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/misc/newsid_3667000/3667429.stm

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